¿Sientes curiosidad por saber interpretar tu futuro? ¿Hay alguna cuestión que te preocupa y quieres saber que te depara el destino? Tú mismo puedes con el oráculo chino o el I Ching acceder al conocimiento de tu destino.
Qué es el I Ching
El I Ching es un compendio de explicaciones e imágenes vinculadas con las antiguas mitologías y fuentes de conocimiento chinas. Es un libro revelador donde se dan cita fuentes poéticas, filosóficas, espirituales e incluso arquetipos universales vinculados con el hombre y su destino en el tiempo.
El propio psicólogo Gustav Jung, autor del prólogo de la traducción del I Ching realizada por Wilhem, define el texto con las siguientes palabras:
“…es un libro el cual, tanto como una técnica de oráculos (auxilios para el futuro) como un método de exploración del inconsciente.”
En el texto se recalcará la preocupación por el cambio constante en la sucesión de acontecimientos. Hemos de asumir que para la mentalidad oriental, cualquier momento que se tome como punto de observación es, en sí mismo, un resultado de una causalidad que comprende hasta el más mínimo detalle.
Cuando tiramos las monedas o manejamos las varillas se hacen presentes y posibles todas las posibilidades. El hexagrama obtenido indica las cualidades dominantes en el mismo momento de su origen y de su consulta.
Antes de consultar el Libro de las Mutaciones, hemos de entender que para el I Ching y su filosofía, resulta esencial lo que Jung definió como “sincronicidad”. Ello atañe a la coincidencia de aconteceres en el tiempo y en el espacio. Lo que ocurre es algo más profundo y esencial que una casualidad. Existe, según afirma Jung, en el I Ching:
“una interdependencia de acontecimientos objetivos entre sí y en relación con los estados subjetivos de la psiquis de quien observa o consulta.”
Los hexagramas
Cada unidad referencial e interpretativa es el hexagrama. En el libro podemos encontrar hasta un número de 64. Éstos son instrumentos o definiciones que nos ayudan a comprender el significado de los designios del oráculo chino.
La verdad del hexagrama, afirmará Jung, emana de las condiciones físicas de las condiciones físicas del momento en el que se obtuvo y la manera en la que se construyó línea por línea todo el mensaje completo.
Según la tradición china, se tratan de “agentes espirituales en forma de causalidad” los que determinan la sucesión de mensajes y vaticinios. De una manera espiritual y causal vienen a dar un sentido de respuesta a las respuestas ofrecidas por el oráculo.
Quizá, desde nuestra concepción de mentalidad occidental no podemos llegar a entender en profundidad determinados conceptos; sin embargo el resultado final es una respuesta ofrecida por el oráculo y el sentido y la coherencia otorgada por el I Ching a través de sus textos y sus poéticas descripciones. No deja de ser, ello, una invitación para la reflexión personal y una evolución espiritual del individuo.
Como conclusión…
Ya para cerrar este artículo, debemos saber que el I Ching no nos resolverá la vida, ya que ello es solo potestad de nosotros mismos con nuestras actitudes y nuestras elecciones vitales. Sin embargo, dicho texto enseña un camino, personal y espiritual, cobre cómo encarar y afrontar determiandos contextos. Nos enseña cómo debemos obrar a través de nuestros pensamientos y nuestras cualidades.
Es un elemento que, sin lugar a dudas, nos mostrará un camino, una reflexión y el devenir de un futuro que nos aguarda.