Con sus raíces en el I Ching (Libro de las Mutaciones), el Yin y el Yang representan los cambios constantes de los patrones de vida.
El Yin y el Yang son las energías básicas del universo, y están en constante movimiento, según los meses, los años, las estaciones, y las condiciones astrológicas. El Yin es el elemento femenino. El Yang es el elemento masculino.
Todo en la Tierra es Yin o Yang, son los opuestos que se complementan, así hay noche y día, oscuro y claro, negativo y positivo, femenino y masculino, frío y calor, pasivo y activo, etc. Sin uno no podría existir el otro. Son dos fuerzas que se complementan y le dan equilibrio y armonía al universo.
- El Yin representa lo Negativo, lo Pasivo, el lado femenino, lo receptivo, la oscuridad, la noche, el frío, lo suave, lo mojado, el invierno, la sombra.
- El Yang representa lo Positivo, lo activo, el lado masculino, el ámbito creador, la luz, el día, el calor, lo duro, lo seco, el verano, el Sol.
De acuerdo a la filosofía china, el mundo y todo lo que en él existe, está hecho no de fuerzas opuestas irreconciliables, sino de dos elementos que siempre son correlativos y cambiantes. Cuando termina uno comienza el otro y viceversa. Sin uno no existiría el otro.
Al principio no había nada (Yin), después hubo todo (Yang). Sin la noche no existiría el día, y sin el día no existiría la noche.
Uno genera al otro. La forma de cada una de las partes del símbolo Yin Yang significa que nada es absoluto, todo es relativo, además es cíclico, y siempre dentro de Yang hay algo de Yin, y dentro de Yin hay algo de Yang.
Lao-tzu en «Tao-te ching» escribió: «Todo tiene dentro de sí ambos, yin y yang y de su ascenso y descenso alternados nace la nueva vida».